A reserva de haber olvidado la mayor parte del sueño, recuerdo vívidamente algunos detalles que si bien son sinsentido (producto de un sueño, vamos) son un reflejo opaco de mi persona y de un juego, que si bien es divertido (por lo menos para mi, no creo que en realidad a ella le interese) y creo que no daña a nadie, sí llama mi atención y es por eso que lo escribo.
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Era su casa, habíamos dos hombres más y una mujer. Ninguno de nosotros estaba "realmente" ahí, sino que nos hacíamos presentes por medio de un "portal" y algún tipo de holograma. Es decir, estábamos y no estábamos en su casa.
Eramos sus sirvientes y hacíamos cosas por ella, le decíamos halagos y alabábamos sus ideas. Eramos sus más fieles admiradores.
Siendo hologramas no podíamos tocar nada (me acuerdo de la serie Red Dwarf) pero por medio del dichoso portal, podía "transportar" mis manos y, por ejemplo, acomodar los cojines en el sillón para que ella estuviera cómoda.
Salímos al patio y le llevábamos la sombrilla (adoro la piel blanca, está de más decirlo) y le preparaba algún agua fresca, creo que de pepino con yerbabuena mientras ella reposaba en el camastro, mientras nos decía pequeñas frases (imagino que twits) que nos hacían reir y hasta babear.
Al fin de un tiempo, sus demás admiradores se "desconectaron" y tuve tiempo de platicar con ella de compartir algunas ideas, hablamos como habla una pareja de novios que han vivido algún tiempo juntos y más tarde tuve la suerte de poder dormir abrazados de "cucharita".
Así pues mi sueño, de admirador/novio: esclavo de una tuitstar.
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Era su casa, habíamos dos hombres más y una mujer. Ninguno de nosotros estaba "realmente" ahí, sino que nos hacíamos presentes por medio de un "portal" y algún tipo de holograma. Es decir, estábamos y no estábamos en su casa.
Eramos sus sirvientes y hacíamos cosas por ella, le decíamos halagos y alabábamos sus ideas. Eramos sus más fieles admiradores.
Siendo hologramas no podíamos tocar nada (me acuerdo de la serie Red Dwarf) pero por medio del dichoso portal, podía "transportar" mis manos y, por ejemplo, acomodar los cojines en el sillón para que ella estuviera cómoda.
Salímos al patio y le llevábamos la sombrilla (adoro la piel blanca, está de más decirlo) y le preparaba algún agua fresca, creo que de pepino con yerbabuena mientras ella reposaba en el camastro, mientras nos decía pequeñas frases (imagino que twits) que nos hacían reir y hasta babear.
Al fin de un tiempo, sus demás admiradores se "desconectaron" y tuve tiempo de platicar con ella de compartir algunas ideas, hablamos como habla una pareja de novios que han vivido algún tiempo juntos y más tarde tuve la suerte de poder dormir abrazados de "cucharita".
Así pues mi sueño, de admirador/novio: esclavo de una tuitstar.